viernes, 23 de octubre de 2009

Plata mareada

No entiendo por qué la gente acomoda los billetes. Me molesta tanto que no sé si ya lo escribí alguna vez acá o es algo nuevo. Antes de darme la guita el San Martín va para acá y para allá, un Belgrano queda patas para arriba y como si la sangre se le fuera a la cabeza lo dan vuelta desesperadamente. Por allá un Julio Argentino, que suele ponerme más ansioso que otro, es planchado para que no le queden marcas y todo con un fin extraño y cuasi perverso. Como si los tipitos tuvieran vida; como si los billetes duraran tanto en esas manos obsesivas y ordenadas.
Yo calculo que me deben odiar los billetes, porque a mi bolsillo caen como vienen y no hay forma de acomodarlos. Pero en fin... ¿Será un mensaje subliminal? ¿Harán fogatas los próceres a la noche?

1 comentario:

Anónimo dijo...

No, no hacen fogatas los próceres. Simplemente es una forma de orden y prolijidad que tienen algunas personas (entre las que me incluyo) para que su billetera no sea un detestable chiquero dado vuelta. El que no ordena sus billetes -y me remito a uno de los posteos anteriores- merece ser enjaulado en una jaula de hierro junto a dos decenas de hienas hambrientas.


Saludos...

Pd: Ya tengo el nombre: "Lobomaníacos" nanana