jueves, 31 de julio de 2008

El día después de mañana

Va a llegar un día en que no haya más nombres, no digo de personas, porque esos siempre se inventan, de hecho hay algunos que son horribles (tema para otra entrada) Hablo de canciones, libros o cualquiera de esas cosas. Ya tengo la sensación de que no hay palabras, que en un futuro los libros y las bandas van a tener números, en vez de letras. Precursora de esto es una banda de cumbia, cuyo nombre es Banda XXI (dato nefasto, pero suma).

Yo me imagino diciendo: Suena bien la Banda 33, pero la 25 tiene más futuro. No sé, tendremos que buscar nuevas palabras, o inventarlas.

sábado, 26 de julio de 2008

Dichos II

Continuando con este tema de los dichos, frase, refranes populares o como mierda se quiera llamar, hoy me voy a encargar de desmitificar dos en particular.

El primero, “una imagen vale más que mil palabras”. ¡Falacia!, ¡mentira!, no existe posibilidad alguna de afirmar con seguridad que una imagen vale más que mil palabras. Hoy yo, me pongo del lado de las palabras y te digo ¿sabés las cosas que se pueden decir con mil palabras? Se pueden describir situaciones con una, imaginate con mil. Es tirarnos abajo, es no confiar en nuestra capacidad de transportar al papel lo que vemos o sentimos. Anda a decirle a Córtazar que te saque una fotito, en ves de escribir “Final del Juego”. ¿Como hago para poner en imágenes la frase “te podés ir bien a la mierda”? No, no, yo digo NO a ese refrán. Podrán existir imágenes contundentes, ¡pero mil palabras son mil palabras loco! Dejémonos de joder.

Y el otro que quiero derribar, es el dicho más mentiroso de la tierra: “sobre gustos no hay nada escrito”. Esta mentira es insostenible señores. ¿Cómo que no hay nada escrito sobre gustos? Entonces empecemos a escribir. Seamos sinceros con nosotros mismos y reconozcamos que hay cosas lindas y cosas feas, hay gente que tiene onda y gente ridícula. No me jodan ¡che! Todos sabemos que hay gente desubicada, que no entiende nada. Si bien no hay nada escrito, todos más o menos tenemos parámetros en la cabeza, yo estoy seguro que mañana no me voy a aparecer con un pantalón turquesa en la facu. Ahora, que los gustos cambian no hay dudas, pero que sí están establecidos es más cierto aún.

lunes, 14 de julio de 2008

Cosas que irritan

Hoy me cansé y le saqué una foto a este folletito que me dejan todos los días en el auto. Les puedo asegurar que es lo más molesto que existe! No solo te lo dejan todos lo días, dos o hasta tres veces, sino que lo ponen en todos los autos. De última, el mío está viejito, lo agarrró el granizo y encima lo manejo yo, ¿pero te parece ponérselo a un Megane II? No tiene criterio los pibes que los reparten! A parte, es obvio que te tiran dos mangos, creo que nunca nadie le vendió un auto a estos tipos. Me hartaron!

jueves, 3 de julio de 2008

Observaciones al pasar III

¿Vieron cuando en un informe que hacen en la tele pasan el título de un diario? Generalmente lo hacen para demostrar que la noticia salió en los medios gráficos. Bueno, con eso yo siempre tuve un problema.

Cuando pasan un título que es de dos líneas, la cámara gira en el sentido de lectura (de izquierda a derecha), el problema es que hace una pasada sola. Entonces, a mí siempre me pasa que leo la primera línea, y nunca llego a la de abajo. Y me queda incompleto. Además como se que me va a pasar, intento leer las dos a la vez, y en fin, no entiendo nada ¿Seré yo el único que ha padecido semejante crueldad televisiva? ¿O el único que se fijó en semejante boludes?

jueves, 26 de junio de 2008

Suele pasar I

- Que se desconecte el msn en el momento más importante de una conversación.

- Que se largue un tremendo chaparrón, justo cuando vos pusiste un pie afuera. Y después pare, pero cuando ya estés a salvo.

- Que pase el micro un minuto antes de que vos llegues a la parada. Y lo peor es verlo irse a los lejos.

- Que nadie tenga cambio.

- Que estés dos horas esperando que se caliente el agua, y cuando te descuidás se hierva.

- Que hagas una cola inmensa para que cuando llegues a la caja, te digan que tenés que ir a otro lado.

- Que quieras ver algo en la tele, y todo el mundo te venga a hablar o se ponga a hacer ruido.

- Que de 80 canales que tenés, ves solo 5, y 2 son de aire (yo, del 35 para arriba no sé ni lo que hay).

- Que se te pegue una canción bastante bizarra, y te de vergüencita estar cantándola durante todo el día.

- Que “no tengas que ponerte”, pero tampoco tengas espacio en el armario para toda tu ropa.

- Que cuando tenés que estudiar, cualquier cosa es más interesante. Hasta un documental sobre murciélagos que pasan a las tres de la mañana.

- Que estés dos horas buscando algo que tenés cerca o encima.

lunes, 16 de junio de 2008

Creer o reventar(se) la cabeza para encontrar una teoría mejor

No sé si será por mí cada vez más acrecentado nihilismo, o porque pienso demasiado. Pero cuando tengo un dejá vu, nunca me quedo muy convencido de esa explicación que dice que es “una anomalía de la memoria: la impresión de que una experiencia está «siendo recordada»”.
Por un rato largo nadie me saca la idea de la cabeza de que eso ya lo viví, o al menos que lo soñé. Que no es solo una “impresión”. ¡No me jodan!, es algo más, pienso. Hay que encontrarle una vuelta más convincente, que sé yo, no me pregunten cuál, pero esta no me llena. Me siento un adivino, con el poder por un segundo de descifrar lo que va a pasar. Pero al siguiente segundo, chau bola de cristal.
Finalmente, después de un tiempo de no tener ninguna teoría sustentable, me resigno a creer lo que dicen los libros. Reviento por un rato, y vuelvo a creer como siempre. Al menos, hasta sufrir otro dejá vu, y volver a replantearme todo.

martes, 10 de junio de 2008

Observaciones al pasar II

Hoy le declaro la guerra a la gente que ordena los billetes por orden alfabético, numérico, etc etc etc. Que le acomoda la cabecita a los muñecos y no me deja vivir en paz. Yo quiero tener la plata echa un bollo en el bolsillo. Me encanta estar sacando de todos lados, no encontrar nada, revolver, y un día descubrir 5 pesos en un pantalón que no me ponía hace un mes. Me hace feliz. ¿Cuál es la puta diferencia entre que el tipito tenga la cabeza para arriba o para abajo? Dejémonos de joder.

A parte tengo la teoría de que la gente que acomoda tanto la platita, es rata. La ubican porque saben que la van a tener por un tiempo.

lunes, 2 de junio de 2008

Dichos I

Hay muchos dichos, que de tanto usarlos, suenan demasiado trillados. Entonces, se ha decidido casi por unanimidad, que de tan cansadores y conocidos por todos, no es necesarios decirlos completos. Para que se entienda mejor, doy ejemplos:

¿te comiste a essssa? sí... bueno "SOBRE GUSTOS..." (verso que será motivo de otra entrada)
o ... "MÁS VALE PÁJARO EN MANO..." o "EN CASA DE HERRERO..."

Todos sabemos como terminan estos fucking dichos populares, por eso se ha optado por dejarlos incompletos, para no gastar palabras en boludeces.

viernes, 30 de mayo de 2008

Típico

Hay un momento crucial en la vida, donde una persona se define por fanático/a - molesto/a - malatendido - sinvida... y es el preciso instante en que un profesor está terminando su clase 10 minutos antes y dice: ¿Alguien tiene alguna pregunta? De repente, se produce un silencio de muerte, que solo es interrumpido por el ruido del "levantamiento de campamento" de todos los alumnos.
En ese preciso lapso salta él o la en cuestión y pregunta: ¿A qué se debe la existencia del hombre? (por tirar una pregunta abierta como la Suller) ... eso, además de generar el malhumor de absolutamente todos los presentes, es darle de comer en la mano a un león. Un profesor que recibe una pregunta tan abierta, nunca va a tardar menos de 10 minutos en contestarle. Además, está comprobado científicamente que alguien más que encuadre en esta clase de personas molestas, va a darle más vida aún al debate. O sea, chau ida temprano. Todos los planes maravillosos que tu cabeza había diseñado, se ven aplastados por la aplanadora de este ser, que recibirá sus correspondientes insultos por lo bajo. Además de ser marcado como el/la fanático/a - molesto/a - malatendido/a - sinvida

jueves, 29 de mayo de 2008

Flasheo

Con esta nueva onda de los floggers y los bloggers, que defendiendo a capa y espada sus espacios de internet, se pelean con los darks y los heavys, que a fuerza de puño combaten a los rollingas, que a su vez no simpatizan mucho con los rastas. Yo, que tengo blog y flog, escucho rock and roll, y algo de heavy, y además amo el reggae... ¿A quién mierda pertenezco?

Es una crisis de identidad la mía... hay que crear una tribu para nosotros loco! y es indispensable buscarse un enemigo. Yo propongo a los teletubies. Podrían ser un oponente respetable para esta nueva tribu urbana, son amorfos y medio idiotas. ¿Quién no los odiaría?

martes, 20 de mayo de 2008

Maldito campo, maldito gobierno, y malditos nosotros que les creemos.

Estoy podrido del campo y el gobierno. Me altera los nervios. No hay otro tema, es casi como lo único que existe en el mundo por estos días.

Pero hay algo que me molesta más aún, y es la gente que hace lo “políticamente correcto”, la que dice o hace lo “que está bien visto”. Y lo digo ahora porque con este quilombo del campo, parece que todos usan boina y andan a caballo. Lo peor no es estar con el campo, cada uno puede tomar la posición que se le cante, después de todo de eso se trata la democracia. Lo peor es “estar por estar”. Cuando asumió el pingüino, parecía el tipo que iba a solucionar todos los problemas, y eran todos kirchneristas. Ahora, con el mandato de la mujer, y una imagen un tanto lógicamente devaluada, todos son anti k. Como si fuera necesario tomar una posición tan drástica. Yo por ejemplo, que considero a las retenciones una de las pocas medidas acertadas de este gobierno, casi que ni lo puedo manifestar en público. Soy el anticristo en cualquier reunión familiar, me siento Alberto Fernández o Moreno, por ende, un ser inmundo y deshonesto. Pero por suerte, siempre hay un Moyano que sale a bancarme, con su auto importado ganado seguramente con trabajo. La cuestión es que por estar de acuerdo en tan solo una medida, uno pasa a ser oriundo de Santa Cruz, peronista y por sobre todas las cosas, kirchnerista. La verdad, me harta un poco esta situación. Sobran víctimas hoy por hoy, como para que los ricachones del campo, sabiendo que nosotros compramos cualquier espejitos violeta, se vengan a hacer los pobres tipos. Y encima nosotros, tomamos partido fervorosamente. Como si en este debate de ricos, viéramos a caso algún centavo.

Por otro lado, yo que apoyo la medida, siento un poco de verguenzita cuando escucho decir a la presidente “porque a mi que soy mujer y me cuesta todo el doble… y blablabla”. Basta de ese discurso trillado sobre la discusión de sexos que, por suerte, hoy en día casi que no existe. Ahora resulta que para justificar las cosas, se escuda en su condición de mujer. Como si el sexo de una persona la condicionara o la impulsara a determinar algo en el plano político. Queda pensar entonces, que lo del tren “bala” es para terminar con la discriminación. Era por eso que se gastarán una fortuna en un inútil tren para la clase alta. A mí realmente no me importa que gobierne un hombre, una mujer o un travesti, lo que me importa es que haga bien las cosas. Tampoco me interesa mucho que corten las rutas, que les falten dientes o que se coman las “eses”, los santos están en la iglesia y murieron hace un tiempo. Es mejor empezar a discutir cosas más importantes, como cuánto de nuestra torta se van a quedar el gobierno y el campo. Mientras nosotros salimos con la banderita defendiendo un país que pocas veces nos retribuye algo.

Ahora si me preguntás a mí, que se vayan Cristina, De Angelis (nada que ver conmigo ), Moreno, Bussi y todos esos ricachones que se la dan de representantes del pueblo, a dónde vos ya te imaginaste cuando empezaste a leer la frase.

viernes, 16 de mayo de 2008

50 cosas para hacer antes de conocer al amor de tu vida.


Como no estoy demasiado inspirado, robo una entrada de otro blog que me gustó. Prometo próxima entrada analizando los resultados de la encuesta

Esta mina es una genia!


Por Carolina (http://bestiaria.blogspot.com)

1. Acostarse con un desconocido absoluto y nunca volver a verlo.
2. Ir a la tarotista compulsivamente y seguir sus instrucciones al pie de la letra. Comprar velas, hacer "novenas" en la mesada de la cocina, y tirar los platos al lado de un árbol, cuando los vecinos no miren.
3. Vengarse furiosamente de una amiga.
4. Acostarse con alguien sabiendo que es un error y que las consecuencias serán te-rri-bles.
5. Perseguir a un hombre que te vuelva loca y urdir planes maquiavelicos y ardides delirantes hasta conquistarlo.
6. No usar ropa interior.
7. Revolcarse con más de dos hombres la misma noche.
8. Comerse un pote de dulce de leche en la cama y dejar el envase en la mesa de luz.
9. Ser infiel y no contarlo nunca, ni a tu mejor amiga.
10. Robar un novio.
11. Romperle el corazón a alguien.
12. Irse de viaje sola a algún país lejano y sin demasiados planes.
13. Ir hasta la selva chaqueña a conocer a un tipo del chat (que siempre es horrible, claro)
14. Salir con dos hombres al mismo tiempo.
15. Tener la casa impecable.
16. Empujar a una vieja.
17. Enamorarse perdidamente de un profesor, suspirar y ponerse nerviosa si te habla.
18. Dejar a alguien, aún estando muy enamorada, porque tenés la noble certeza de que no es para vos.

19. Tener dos citas la misma noche.
20. Emborracharse hasta el desmayo y no recordar absolutamente nada el día siguiente.
21. Reptar por la casa en jogging, sin bañarse y con la remera sucia, durante todo el fin de semana.
22. Acostarse con un amigo gay, completamente borracha.
23. Hablar cinco horas seguidas por teléfono con una amiga.
24. Comprar un best seller impresentable, leerlo apasionadamente y luego forrarlo en papel de diario y esconderlo en la biblioteca.
25. Enamorar perdidamente a alguien.
26. Acostarse con alguien que no hable el mismo idioma.
27. Agarrarse de los pelos con otra mujer.
28. Ver comedias románticas y llorar.
29. Escuchar el mismo tema doscientas cincuenta veces a todo volúmen.
30. Empapar el baño y no secarlo.
31. Desayunar pizza.
32. Ir a dormir a lo de tus amigas.
33. Tener la toalla de manos del baño impecablemente doblada.
34. Comer parada en la heladera.
35. Cambiarte de ropa con la ventana abierta para que te vea el vecino.
36. Gastar $300 en una cartera color “ciruela pasa”.
37. Usar la última bombacha enorme, sin elástico, desteñida y agujereada.
38. No lavar la ropa cuatro semanas y usar el vestido de comunión para ir a trabajar.
39. Coquetearle a un proveedor para conseguir un descuento.
40. Hablar pestes de otras mujeres luego de una reunión.
41. Mentirle a un hombre sólo para llevarlo a la cama.
42. Mirar maratones de reality shows durante todo el fin de semana.
43. Invitar a salir a alguien.
44. No lavar el auto en siete meses y dejar adentro botellitas de coca light, cáscaras de mandarina, mudas de ropa, zapatos, papeles del trabajo, caramelos pegados en el piso y el bolso del gimnasio lleno de ropa sucia.
45. Bailar la coreografía de “Fiebre de sábado por la noche” en el living, poniendo cara de “cool” y misteriosa.
46. Practicar conversaciones frente al espejo, riéndote como una estúpida y haciendo mohines vergonzosos.
47. Chupar el relleno de las galletitas y dejar el resto, o mordisquear bombones y dejarlos porque son feos.
48. Hacer dietas ridículas basadas en teorías delirantes o cábalas sin sentido.
49. Leer revistas frívolas.
50. Probarse el ropero entero antes de salir.

lunes, 5 de mayo de 2008

Crisis

Existen muchos tipos de crisis. Las crisis económicas a las cuales estamos tan acostumbradas, las políticas y hasta las crisis por noviazgo de una adolescente que creyó en el amor eterno. Pero hay una crisis que particularmente sufro, y va por dentro, sin que nadie la vea. Es esa que al entrar a una librería, y mirar los títulos y autores, te hace sentir ínfimo. Uno se siente el ser más inculto y desechable, el tipo más ignorante de la tierra. De hecho es posible que sea cierto, pero no hay consuelo al adquirir sin filtro, la verdadera consciencia de dónde se está parado intelectualmente hablando. Luego de la crisis de infinidad y asnismo (palabra inventada), uno atraviesa por una segunda etapa, la crisis de querer comprar todos los libros a la vez. En ese momento, hacés cuentas y deambulás por la sala, pensando que solo tenés plata para comprar dos libros como mucho, y que al menos en 10 minutos de estar en el lugar, ya te gustaron quince. Es terrible, otra vez hay que decidir cuál de todos te va a rescatar del pozo de la ignorancia. Finalmente, hay dos opciones, o no comprás nada, o comprás uno que al salir de la librería no te convence tanto como al principio. Por último, está la crisis del tiempo. Esa que surge desde que llegás a tu casa con la nueva adquisición y la dejás en la biblioteca. A partir de ese día, el libro adquiere ojos, y cada día te mira como invitándote a leerlo, claro que vos nunca tenés tiempo para hacerlo, y eso genera culpa. Y si quizás tenés un rato libre, nunca lo usás para eso. En fin, es todo un trauma ir a una librería, pero nunca deja de ser un placer. Porque no hay universo más palpable que el de los libros.


¿Qué libro tenés archivado y sin abrir?

martes, 29 de abril de 2008

Argentinos


Esta foto la saqué en el muelle de Miramar. Como ven, un cartel indica que está prohibido pasar por peligro de derrumbe. Bueno, en Argentina todos pasan, yo no lo hice. Pero ¿Quién no ignoró alguna vez una señal?

domingo, 27 de abril de 2008

Me colgué...

Los vi caminar descalzos. Sentí sus fríos pies como un disparo. Bala que salió del arma que llevaba uno de ellos en la cintura. Esa que es tan frágil, y tan delgada. Fina, como la línea que los separa de la muerte. Quizás el mejor final. Lo que están buscando. Además de un par de botellas. De esas que vacían en la noche para olvidar. No recordar lo que son ni lo que no van a ser. Después de todo ser o no ser ya no es parte de la discusión. Que siempre se va de tema, y no nos lleva a ningún lado. Un costado más de este cuadrado insensible. Que no siente porque no lo dejamos. Oprimimos el sentimiento y los oprimimos a ellos. Que van caminando descalzos.






jueves, 24 de abril de 2008

Mentes amnésicas

Si hay algo que me desespera y me genera gran impotencia, es olvidarme las cosas. Es algo natural en mí, olvidarme las cosas menos importantes, y las que importan también. Es horrible no recordar que hiciste con las llaves de tu casa, te da pánico estar una hora pensando ¡qué carajo comiste anoche!
Pero hay olvidos que son traumáticos, como el de las fechas claves (cumpleaños, aniversarios, etc) que muchas personas no perdonan. En ese caso, pongámosle que te olvidaste del cumple de tu vieja, algo extremadamente exagerado o casi imposible, y al otro día la llamás. Sería algo más o menos así:

Hijo: - Hola Má, ¿Cómo estás?

Madre enfurecida: Bien hijito, ¿no te acordás que día fue ayer?

Hijo: - ¿Ayer? (en ese instante tu mente empieza a revolver papeles y repasar fechas, horas, segundos, aniversarios, casamientos, cumpleaños… y estirás la conversación para tener más atiempo y poder pensar o hasta consultar).

Madre enajenada: - ¡Sí, ayer! (con un tono de enojo, o sea, ya sabés que el olvido es grave)

Hijo: - La verdad que no sé ni que día es hoy Ma (Escapás de la presión con una respuesta que busca piedad, mientras le mandás un SMS a tu hermano para que te diga ¡qué fucking cosa pasó ayer!)

Madre resignada/indignada: Bueno, deberías saberlo. Tuuuuu… cortó.

Después de atravesar una crisis cuasi existencial y no poder recordar ni como te llamas, llega la respuesta salvadora al mensaje envíado. Ahí la llamás, le decís feliz cumple y le relatás tu día agitadísimo tratando de justificar el olvido. Pero nunca te lo va a perdonar, eso grabátelo. Cada vez que haya una pelea, saldrá la historia del cumpleaños a flote, casi como de la nada. Porque hay olvidos que te crucufican.

Otras veces, te olvidás el mismo día de felicitar a alguien, y cuando te recuerdan te hacés el que le estabas poniendo misterio a la cosa. En fin, de las fallas de la memoria, estos pueden ser más dramáticos y traer consecuencias.

También existen otros olvidos, menos trágicos, pero no por ello menos tensos. Como cuando alguien te saluda y no tenés ni idea quién es. Enseguida, lejos de prestar atención a lo que el extraño en cuestión te está diciendo, empezás a descartar hipótesis: ¿Será de la facultad? No, es muy viejo. ¿De la escuela? Menos. ¿Conocido de la flia? No, porque no preguntó por nadie. Entonces, ¿de qué lugar remoto conozco a este paisano?

Si en el transcurso de la charla, no lográs identificar con quién estás hablando, sin pronunciar su nombre y utilizando apodos tales como “jefe”, “maestro” o “amigo” para evitar errores, le seguís la corriente de la conversación, sin profundizar demasiado, y tratás de terminar cuanto antes el intercambio. Luego, te pasás una semana interrogando a tu mente y a la gente, hasta que llegás a la cuenta de que en realidad no lo conocías tanto, fue un “exceso de simpatía” del flaco, haberte saludado.

Olvidarse es algo que nos pasa, hay cosas de las cuales como sociedad o personas no nos podemos olvidar, otras que se puede, pero no se debe y algunas que engrosan nuestro anecdotario. Y como ya me olvidé que más quería poner… creo que acá termina.

Ah! Me acordé ¿Vos de qué te olvidás?

viernes, 18 de abril de 2008

El humo

Existen varias versiones del humo. Muchas veces, cuándo estamos en un lugar que no queremos, desearíamos tener una bomba de humo a mano, de esas que tirás y de golpe desaparecés. También está el humo del asado, que no solo implica que ¡por fin vas a comer algo como la gente!, sino que estás en una de las tan organizadas de antemano, reunión entre amigos. Hay humos que desesperan, humos que engañan y cuando se van, uno se da cuenta de lo que realmente estaba enfrente suyo. También a veces se nos “suben los humos a la cabeza” y queremos matar a cualquier individuo que nos pase por delante o por detrás. No hay que olvidarse del humo de socorro, ¿quién no ha escrito un S.O.S. en el cielo para pedir que lo rescaten? Están los humos buenos y malos, la venta de humo en vano y la que nos ayuda a seguir adelante. El blanco y el negro, el de cigarrillo que muchas veces genera grandes debates, y el de fogón, que acompañado de una guitarra y “una que sepamos todos” genera algo de nostalgia al pensarlo. “Habemus Papam” dijo alguien alguna vez cuando un humito salió de una pequeña chimenea, “¡Queremos trabajo!” Dijo otro mientras el humo de las gomas lo estaba por intoxicar. El humo es parte de nuestras vidas, aunque no lo veamos. Es como tantas otras cosas que no vemos y sin embargo están allí. Para los hipocondríacos es una causa más para enfermarse. El humo es útil si le encontramos la vuelta. Yo por lo pronto, aprovecho esta humareda y me rajo, a ver si todavía se dan cuenta.

Al mejor estilo Garganta, con un toque de Tato… salvando las diferencias.




¿Cuál es tu humo preferido?

miércoles, 9 de abril de 2008

Soluciones rápidas y sin sentido

Existen cosas curiosas en nuestra vida. Hay momentos en que nos volvemos ridículos e inconscientes, dónde la lógica no es una opción posible. Como cuando escuchamos un ruido en la noche, y nos tapamos con la sábana. ¡Como si la tela fuera blindada!

Particularmente los artefactos nos desvelan, y eso nos incentiva a inventar soluciones caseras e inútiles. En general, son quienes nos empujan al abismo de la incoherencia. Cuando algo no anda, lo primero que hacemos es darle un golpecito. Estamos convencidos de que miles de cables y circuitos son fácilmente revividos con un simple garrotazo contra el sillón. Qué sencillo sería todo si fuera cierto ¿no?

También existe el aire bendito. Todo objeto que no funcione y tenga una cavidad, mediante un poco de aire de nuestros pulmones se arreglará mágicamente. ¿Quién no pegó alguna vez un soplido a un aparato de la casa?

Otra de las opciones, es el tiempo. Siguiendo los consejos del sabio Luis Miguel que canta “dicen que el tiempo cura todo…” solemos dejar un tiempo al artefacto problemático descansar, con la ilusión de que al volver se haya auto-arreglado. Como si fuera cuestión de ganarle por cansancio.

En el caso de que sea un objeto que requiera de encenderse, no lo dudamos. Es harto evidente que cuando falle, apagarlo y prenderlo al rato es la mejor solución. Ese instante en que se apaga, solucionará increíblemente todos los problemas.

Si el objeto en cuestión lleva pilas, intentaremos acomodárselas, sacarlas y volverlas a poner, o incluso cambiarlas. Todos estos, pasos de resignación, porque lo más probable es que el fogonazo no lo haya provocado las pilas.

Finalmente, ninguneados por la superioridad de la tecnología. Habiéndolo intentado todo lo que a nuestro alcance estuvo, solo nos queda hablarle. Mantener una conversación de persona a objeto, y confesarle nuestras debilidades. Descargarnos, decirle todo lo que pensamos y todo lo que nos complica la vida. Quizás no funcione (lo más probable), pero al menos hemos logrado que alguien nos escuche.

viernes, 4 de abril de 2008

Grandes contradicciones de pequeños autores

Cuando vamos al jardín queremos ir a primaria, una vez en la primaria queremos ir a la secundaria. Cuando ya estamos en la secundaria, queremos volver a jardín. En la Facu “que linda era la escuela”, decimos. Mientras estudiamos, deseamos recibirnos. Si terminamos la carrera, añoramos los apuntes entre mate y facturas.

Trabajando o estudiando, queremos tener tiempo libre para hacer miles de cosas que se nos presentan y ocurren. Una vez que ya no hay obligaciones a la vista, no sabemos como matar el tiempo, y nos dan "muchas" ganas de estudiar o trabajar. Cuando estamos de vacaciones, a los diez días morimos por dormir en nuestra cama, charlar con la vieja. Una vez de vuelta, nuestra casa es aburrida, y la familia insoportable.

Y así vivimos, contradiciéndonos, retractando cada palabra y hecho de nuestras vidas sin saberlo. Queremos estar solos cuando estamos acompañados, y la soledad es nuestra peor enemiga cuando no hay nadie a nuestro lado. Creemos en todo, hasta en los curanderos, siempre y cuando estemos en situaciones límites, sino son todos chantas. No reímos de cosas a veces, y cuando otros se ríen nos parece terrible.

Votamos por la señora, y después salimos con las cacerolas. Ya no sé si es hipocresía o biporalidad generalizada. Después de todo, el paso del tiempo y el contexto transforman un celeste en un verde agua, un feo en un lindo, o hasta un amigo en enemigo. Somos ambiguos, y a veces increíblemente. Podemos elogiar nuestro país, y al segundo indignarnos por vivir en él. Menos de equipo de fútbol (salvo excepciones) cambiamos todo. Somos un gran camaleón, y no justamente por lo forros, sino por nuestra condición de cambiar según la ocasión.

sábado, 29 de marzo de 2008

Cantores urbanos


Todos cantamos, y eso no es novedad. Canciones de cuna, tango, bolero, pop o rock, sea cual fuere el estilo o autor, salen de nuestra garganta cada día e inundamos la cuidad de desafinados acordes. Pero no es el hecho de cantar, y además saber hacerlo, lo particular, sino cómo lo hacemos.
Hay quienes tararean una canción sin cesar, que probablemente se les haya quedado pegada al oído, y ni siquiera sepan quien la canta. Por ello, como muy lejos están de saber la letra, simplemente encadenan consonantes sinfín, acompañándolo de una misma vocal, con un ritmo parecido al de la melodía que pretenden citar. Sería una cosa así:

(Marcha peronista con “tu”)

“Tu Tututu tututu, tutu tututu tutututu…”

Están los que no contentos con un tarareo poco profundo, cambian la letra original de la canción, por una que más o menos se le asemeje. No importa la coherencia, y mucho menos la rima, la cuestión es darle el ritmo que uno quiere. Después, vale todo.
También habitan las calles de la cuidad, aquellos que se consideran amantes de la música internacional, pero no del idioma. Los mismos inventan un lenguaje único e irrepetible, que no es ni el de origen de la canción, ni el español. Son palabras argentinisadas extensísimas. Suena algo parecido a esto: “Guiar dechempion…” Muchos incluso así lo escribirían si les fuera solicitado.
Ni hablar de los que saben tan bien la letra, que se adelantan en cada estrofa, y siempre se equivocan de parte. Cantan antes el estribillo, o empiezan por el final. En fin, hacen una ensalada. Se terminan enredando entre acordes y contrabajos, en una maraña de palabras.
Hay quienes saben solo un pedazo de la letra, generalmente el estribillo, y se escudan en dicha estrofa para cantándola sin parar, creer que solo esas pocas sílabas conforman la canción. Solo que entonándolas distinto, por momentos. ¡Así sería muy fácil! ¿No les parece?
Por último, se encuentran erguidos, con el pecho inflado, los que levantan la bandera de la dignidad y para evitar papelones, simplemente silban. Es la manera más práctica de salir airoso de una misión tan difícil, como es aprenderse la letra de una canción. Especialmente si no nos gusta, y solo la cantamos de tanto escucharla ¡en cualquier fucking lugar que vayamos!

miércoles, 26 de marzo de 2008

Ganó "el cabezón"

Como era de espararse, el conductor de Showmatch lideró la encuesta que proponía asesinar a un conductor de televisión. También obtuvieron votos, los detestables Majul y Grondona. Lo mejor hubiera sido comprar más balas y matarlos a todos, pero bueno, con ver morir a uno me conformo. A continuación, diez razones por las cuales Marcelo Tinelli merece la muerte para mí:

- Porque no habla, grita todo el tiempo.

- Porque tiene mucha plata, y la gente así es detestable para cualquier pobre.

- Porque es hincha de San Lorenzo. ¡Comprate un equipo!

- Porque fue amigo de Menem y después lo criticó.

- Porque le paga sueldos impresionantes a cuatro pelotudos para que se rían de sus malos chistes.

- Porque no solo hay que verlo a la noche, sino durante todo el día en los programas de mierda que hay en la tele. ¡Inventen algo!

- Porque contamina nuestras mentes de basura.

- Porque se cree buena persona.

- Porque lleva gente a su programa con problemas, para reírse de ellos.

- Porque todo lo que hace le sale bien. Y la gente así, con fama, dinero, salud y poder, merece ser catapultada a un mar de lava.



Y las tuyas ¿Cuáles son?

sábado, 22 de marzo de 2008

Granizo en la cuidad

A vos te hablo, sí a vos, que fuiste a tomar mate a la playa con tus amigos, y después tiraste la yerba en la arena. O a vos, que tu noviecito se hizo el romántico y te regalo para el inventado día yankee de San Valentín un bon o bon, y dejaste el papel en el suelo. O a usted señora, que saca a su perrito a la calle y lo deja hacer sus necesidades, mientras se hace la que mira el horizonte. Y ni hablar de las grandes fábricas, que contaminan ríos, mares y todo lo que se les cruce. A todos, y hasta a mí mismo digo como decía una profesora de la escuela “la naturaleza es sabia”. Y no es casualidad que haya nevado después de mil años, que la gente haya barrenado por las calles con su tabla, y que piedras de hielo no hayan dejado un vidrio sano, y más de una cabeza (como la mía) rota. No es casualidad, es causalidad. Pero ustedes sigan instalando papeleras, sigan talando bosques, sigan haciendo negocios, que la naturaleza se va a encargar de extinguirnos, como hizo con todos los seres de esta tierra. Y cuándo pongan un steacker asqueroso en el auto que dice “No a las papeleras”, empiecen por casa. Porque todos somos ecologistas cuando nos conviene, pero si nos regalan un plasma, somos capaces de matar a la última ballena franca por conseguirlo.

Pd: No tengo internet en casa, el celular no funcionaba cuando más lo necesitaba (obvio), y mi auto se abolló todo. O sea, tengo muchas ganas de asesinar a un telefonista de algun empresa de servicios. ¡Ojalá se suban todo Movistar y Multicanal a un micro, y el chofer se quede dormido en el medio de la vía!

Gracias por sus votos y sus comentarios. Hasta el momento en la encuesta gana “el cabezón”, por afano.

lunes, 17 de marzo de 2008

Prohibido escuchar

Existen ruidos molestos clásicos, como la música fuerte del vecino, los tacos de la de al lado, o un bocinazo innecesario. Pero hay ruidos que son cotidianos, que suelen ser molestos, y de tan constantes se nos hacen costumbre. Entre los miles, destaco estos:

- Cuando alguien raspa la cuchara en el fondo de un recipiente, con la intención de comer hasta el último gramo/litro. ¡Qué más querés sacarle al tacho!

- Un cuchillo rechinando en un plato, sobre todo de vidrio. ¡El impacto se siente directo en los dientes, sin escalas!

- El tic-tac del reloj, que interrumpe regularmente un hermoso silencio.

- El tipeo de Chat en la compu, que suele ser mucho más veloz y continuo. Eso lo hace insoportable, sobre todo cuando quién chatea es otro.

- El zumbido de un mosquito sobrevolando el oído a la noche.

- El timbre de los vendedores y/o predicadores, un domingo a las 8 de la mañana. Pensándolo bien, cualquier día a cualquier hora.

- Los gritos de los vecinos peleándose. Como si a mí me interesara saber porque mierda se pelean, ¡déjenme vivir en paz!

- La musiquita de espera en una llamada telefónica, que en general te agarra cruzado porque estás reclamando que te cagaron y nadie te resuelve nada: “yo soy un simple empleado”, te dicen ¡¿y quién mierda me puede resolver esto?!

- El tuuuu del contestador automático, que te indica que tenés que empezar a hablar, y semejante presión de una máquina te deja sin palabras. Olvidándote a quién llamabas y por qué.

- El despertador a la mañana, que te recuerda lo desgraciada de tu vida. ¡Tenés que ir a la laburar!

Y muchos más, que deterioran nuestra vida cotidianamente, y nos quitan la posibilidad de disfrutar del silencio.

viernes, 14 de marzo de 2008

Generación Y

Debo reconocer que las librerías no son un destino muy frecuente en mi vida. Pero en estos últimos días, por diversos motivos tuve que ir varias veces. Tres, más precisamente. En cada una de ellas hubo una situación en común que, reconozco, alteró un tanto mis nervios (situación usual en mí). Debido a la época (comienzo de clases), una horda de madres alborotadas y gastadoras atacan estos negocios en busca de útiles para sus hijos. Sin dudas ellas son el chancho, pero quien les da de comer son las mal llamadas “señoritas”. Las mismas diseñan una especie de lista negra, donde detallan los útiles IMPRESCINDIBLES que lo chicos deben tener en su mochila a la hora de asistir a clase. De más está decir que estas hermosas enumeraciones, contienen pedidos tales como papel glasé color verde olivo, o cartón corrugado con forma de corazones. En fin, una delirante idea tras otra, que inevitablemente desemboca en el trauma de padres e hijos que no podrán acceder a esos útiles. Los mayores sentirán decepción, pero los pibes serán un tanto discriminados y quizás reciban algunas cargadas que dificulten su desempeño a futuro. En pocas palabras, quizás le caguen la vida, o contribuyan a ello.

Pero el desubique de esta gente cuyo deber es educar y enseñar valores primordiales, no termina acá. Observando casi sin querer queriendo sobre el hombro de la madre orgullosa por comprarle un patito de hule que tiene luces y escribe solo, a su hijo, pude ver que la lista de Schindler escolar que llevaba en sus manos era una hoja impresa, proveniente de un e-mail. Conclusión rápida, la maestra manda por mail a los padres sus requerimientos. Ni hablar que aquellos que no tienen acceso a la red deberán anotar con sus escasos útiles en una hoja, cada uno de los descabellados ítems. Mientras los más pudientes, se cruzan de brazos y ríen.

Pero la venganza no terminará en llegar hacia los niños ricachones. Imagínense a la seño chateando con los tutores o encargados. Cada falta que se cometa, automáticamente derivará en un zumbido vía MSN de la maestra, quién comentará con lujo de detalle al responsable del pibe, las cosas que ha hecho. O sea, a la cama sin dormir. Se acabó la era del bolazo, al menos para la “elite” del grado. No hay chance de zafar del castigo, si los viejos no chatean, llega un e-mail, o de última, un mensajito de texto. Sería algo así como: “Sres. Ferndez su hjo le pgó a cmpañrto. Mstra Rorigz”

A su favor, los hijos de padres separados tienen la posibilidad de que papi se avance a la seño, y entre caritas y mensajitos, el niño más revoltoso y vago del grado, sea increíblemente aprobado. En fin, los tiempos cambian, será cuestión de acostumbrarse, o morir en el intento. Yo, compré lo que necesitaba y me fui.

jueves, 13 de marzo de 2008

¡Me arruga la ropa!... En la cuidad no hace falta (con voz de dundee).

Hoy vi la tele y me indigné. Yo pregunto: ¿Existe publicidad más deprimente que la de "Luchemos por la vida"?. Dejemos de lado las de campañas políticas (De la Rúa "el aburrido" y Menem "lo hizo", entre otras) y prestemos atención en esta en particular. Es vieja, las voces son sobreactuadas, las imágenes rozan el mal gusto. Yo sé que concientizar no es una tarea fácil, pero verdaderamente cuando veo esas publicidades me dan ganas de desabrocharme el cinturón y dármela contra un árbol. Incitan a la violencia, a mí violencia.
Falta creatividad en la televisión, se ve hasta en las tandas. Encima se van los mejores, y quedan los que la empobrecen cada vez más. Es triste pensar que todo tiende a deteriorarse, pero parece inevitable a veces.

miércoles, 12 de marzo de 2008

Murió Jorge Guinzburg, faltan palabras...

Cuando muere un tipo que es tan admirado, por un lado existe la tristeza de saber que ya no va estar más, que no va seguir deleitándonos con cada una de sus obras. Por otro, al menos en mi caso, existe una egoísta desilusión que se produce al saber que nunca lo voy a poder conocer. Porque Guinzburg es de esa gente que uno sueña con ir a tomar un café algún día, y dejarlos hablar, volar. Preguntarle cosas, y que te abran la cabeza con asombrosa facilidad. Porque es eso, una expresión magnífica tras otra, ingenio, creatividad, humor. El mundo es injusto, no es novedad, pero hoy perdimos todos.

martes, 11 de marzo de 2008

Hablemos claro

Es cierto que hay cosas que se pueden, pero por razones de buen gusto no se deben. ¡Terminemos con las personas que escriben Setiembre! Escudados en el mismo diccionario que posee palabras que jamás usamos. Es Septiembre, y no se discute más. De otra manera suena asqueroso, dan ganas de amputarse los oídos.

Pd: Cuando escribí esto en Word, la palabra setiembre no fue aceptada por el diccionario. Office no es una garantía, pero por algo será che!

lunes, 10 de marzo de 2008

Observaciones al pasar I

La gente que toma terma me da asco. No entiendo como pueden tomar ese líquido espantoso, más amargo que la mierda. Es como emborracharse con jarabe para la tos.

Hay que matar al hijo de puta que inventó el jarabe para la tos. Porque de última el terma es una elección, pero el puto jarabe ese te lo encajan sí o sí. No se te ocurrió algo menos horrendo y vomitivo flaco!. Prefiero andar contaminando de gérmenes el mundo.